No hablamos del "celo" sino de los "celos". Sí, los mismos que atormentan a millones de seres humanos y a quienes los rodean.
Juan dice que tenía a Toby, un perrito desde cachorro que, cuando andaba por los tres años de vida, recibió la infausta noticia de que a la casa llegaría otro perro, pequeñito como él era cuando hizo su ya lejana presentación.
En realidad, la noticia la percibió por movimientos desacostumbrados, una segunda "camita" en el garage, y cosas así, pero la pudo confirmar cuando Juan llegó con una sonrisa de oreja a oreja y sosteniendo una ridícula cosa peluda en sus brazos.
Todos, especialmente los niños, saltaban de felicidad mientras la cosa peluda emitía unos sonidos que a Toby seguramente le costaría pensar (si es que los perros realmente piensan) que él pudo haber hecho ruidos parecidos el día en que entró a la casa.
Desde ese día, los celos de Toby por la presencia del nuevo compañerito no deseado se fueron incrementando.
¿Cómo terminó esta historia?
¿A ti te ocurrió lo mismo con las mascotas de la casa? Entonces ya sabrás qué rumbo toman las cosas en estas situaciones. ¿Puedes contarlas para todos nosotros?
Porque estamos todos aprendiendo, ¿sabes?, y de lo tuyo podemos aprender otros como tú podrás aprender o confirmar conocimientos sobre el tema con lo que otros nos cuenten?
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