Los delfines son seres simpáticos, alegres e inteligentes que se utilizan, sobre todo, en terapias con niños autistas.
Recordemos que el autismo es un trastorno importante de la comunicación y la conducta, que es patente antes de los tres años de edad del niño. Su incidencia es, más o menos, de cuatro casos por cada diez mil criaturas.
Hay mayor número entre el género masculino, que supera al femenino en una proporción de cuatro a una.
El niño autista no es capaz de usar el lenguaje adecuadamente, ni de procesar la información que le llega del exterior. El cincuenta por cien de los niños autistas no llegan a hablar, y aquellos que alcanzan a articular palabra, habitualmente solamente repiten lo que escuchan.La razón del autismo todavía se desconoce, aunque la ciencia se inclina a pensar que es una anomalía genética. El tratamiento es la educación especial, y también se está intentando el uso de fármacos. Corrientemente, los niños que no hablan después de los cinco años no tienen un buen pronóstico. Pues bien, estos niños inexpresivos y encerrados en sí mismos, pueden ser ayudados por los delfines, estudios e investigaciones realizados en Estados Unidos así lo avalan. La simpatía, el afecto, el juego... de estos animales parecen lograr que estos niños progresen hacía la mejoría con más prontitud.
Fuente: Macotas.com
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