Extractado de una nota del mismo título
realizada por
Getzalette Reyes
Getzalette Reyes
en prensa.com
Los celos son un comportamiento muy frecuente en las mascotas, pero que un gran número de propietarios de animales desconoce.
La mayoría de las veces se dan ante la llegada de un bebé al hogar. La segunda causa de celos es la presencia de nuevos animales como gatos o pericos que ganarán la atención que hasta el momento sólo tenía para él mismo.
La mascota puede empezar a cambiar ciertos hábitos y actitudes.
Uno de los primeros síntomas que demostrará su celo es la actitud posesiva que adoptará a partir de la presencia de lo que consideran ellos es un elemento externo.
Por lo general, buscarán llamar la atención por medio de comportamientos agresivos.
Producto de los celos, las mascotas podrán mostrar un carácter de posesión.
Casi similar a lo que ocurre en las relaciones humanas, los animales piden cierta clase de exclusividad.
De ahí nacen los miedos de ser reemplazado o sustituido por el nuevo miembro.
Dichos celos no se deben todo el tiempo a la importancia que perderán ante sus dueños.
La situación puede deberse también a que sienten que los factores externos le robarán el ambiente, su espacio en el hogar, pero principalmente todo el cariño del que gozaban.
La actitud celosa de los animales va a depender poderosamente de la educación que hayan recibido. Desde chico o a partir del tiempo que llegó por primera vez al hogar, sus dueños deben demostrarle el lugar que tiene en la familia.
Si ha sido realmente integrado, no verá complicaciones ante este tipo de situaciones, no sentirá peligro alguno.
Para evitar cambios de actitudes producto de los celos es imprescindible que desde pequeñas las mascotas también sean acostumbradas a estar con otras personas allegadas a la familia u otros animales.
De esta forma se le hará más fácil en el futuro ver a otra persona en casa sin sentir que sea su enemigo.
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