Por Leonardo Vintiñi - La Gran Época |
Cuenta la historia que el león chino, monarca de todos los animales sobre la tierra, acudió a Hai Ho, patrono de las bestias, con un pedido peculiar por demás. El león, profundamente enamorado de una ardilla, confesó a Hai Ho el deseo de desposarla. El dios, conmovido por tal sentimiento, concedió celebrar la unión con una condición: el león debía sacrificar su tamaño y fuerza para corresponder a la ardilla. La transformación fue consentida, pero el león conservó su fiereza, su corazón, su carácter felino y su dignidad de gran señor. Fue así como nació el perro Fun Lin, o perro león de Pekín.
El pekinés se ha mostrado como uno de los mejores perros mascotas provenientes de China. El carácter gallardo atribuido a su mítico pasado felino, hacen del pekinés un excelente perro guardián para su estatura. Le gusta jugar con su amo, pero se muestra desconfiado ante los ajenos. Muchos dicen que su personalidad tiende más a lo felino que al can. Su andar orgulloso, y la defensa de su territorio y pertenencias hacen que el pekinés no sea un perro fácil de ganar. Sin embargo, una vez domesticado suele comportarse amigablemente sin perder su carácter señorial, su fiereza y su interesante personalidad.
El tamaño de su valentía no es proporcional a su tamaño, con lo que no duda en atacar a perros de porte como el Gran Danés, Pastor alemán, Rottwailer y hasta San Bernardo.
El pekinés, así como las estatuas de león chino, eran usadas en la antigüedad para ahuyentar a los malos espíritus. Tenían estatus divino, por lo que fue el perro mascota adoptado por la corte imperial durante mucho tiempo. Su pompa exigía que cualquiera que se cruzase con esta especie de can inclinase su cabeza en reverencia, y quien los robaba era castigado con la pena de muerte.
Antiguamente el perro león fue considerado propiedad exclusiva de la corte imperial, y los chinos guardaban con celo la posesión de la raza de las manos extranjeras. No obstante, durante la “Guerra del opio” los ingleses encontraron cinco ejemplares en el Palacio de Verano de Pekín, y su belleza los salvo de ser ajusticiados junto con los soldados imperiales. A partir de estos ejemplares que fueron obsequiados a la Reina Victoria comenzó la expansión de la raza en el extranjero, especialmente en el Reino Unido, adonde se afincó desde ese entonces.
Datos curiosos
Antiguamente, a los ejemplares pequeños se los llamaba “manga” por caber en la manga de los cortesanos.
Su pelaje admite prácticamente todos los colores, aunque su cara generalmente es oscura, con “anteojeras” alrededor de sus ojos.
Entre los criadores, son más preciados los que tienen cabeza con forma de ladrillo.
Su camada es de tres a cuatro cachorros, y su expectativa de vida de 13 a 14 años.
Su alto estatus social los hace vulnerable en el abandono, por lo que generalmente los adoptan o se mueren en poco tiempo.
Su pelaje es de dos mantos, con el externo mucho mas largo, y su cola es llevada sobre el dorso de su espalda.
Muy bueno, un articulo muy complento y bravo por la ayuda que ofreces a los amantes de las mascotas
ResponderEliminarEsta raza es aun mas genial de lo que ahi dice
ResponderEliminarpero poner todo es muy dificil ya que son muy versatiles y muy buenos compañeros.