Compañero, protector y hasta niñera. Todas estas actividades son sinónimo de la palabra perro, mucho más que una mascota. Sin embargo, en México, la lealtad de estos animales ha dejado de ser del todo bien correspondida. La delincuencia organizada ya alcanzó al mejor amigo del hombre.
"Me robaron 12 años de trabajo, de estar luchando contra adversidades que muchas veces tenemos en este largo camino, por eso mi inquietud de recuperar a mis gordos, porque son como mis hijos mis perros", comentó Ignacio Villanueva, criador de perros Bulldog.
La Federación Canófila Mexicana asegura que el robo o secuestro de perros ha dejado de considerarse como un delito aislado, pues al menos 50 perros de raza pura han sido robados a lo largo del presente año. Atribuyen el hecho a la existencia de un mercado informal de mascotas.
"La venta indiscriminada de perros en las vías públicas ha hecho que se haga este fenómeno. Muchas veces necesitan entregar pedidos y no les queda otra no más que sustraer cachorros de las casas", dijo Oswaldo Alfaro, director de Relaciones Públicas de la Federación Canófila Mexicana.
Pero el robo de perros "pura sangre" ya se realiza con violencia y a las puertas de los criaderos.
"Nos tenían amagados con las pistolas, nos estaban apuntando a la cabeza y procedieron a llevarse los perros. Se llevaron siete adultos y los seis cachorros que se encontraban", expresó una víctima de robo.
El robo de animales domésticos no se encuentra tipificado como tal, sino como robo simple o extorsión. El gusto por invertir en un animal cuyos padres son seleccionados; con crianza y cuidados especiales para hacerlo digno de pedigrí o campeón de exhibiciones, ha convertido a esta clase de perros literalmente en artículos de lujo con valor de varios miles de dólares.
"Se le otorga un valor económico impresionante a un animal y entonces se generan estas bandas de delincuentes que quieren aprovechar esa situación de carácter económico para su beneficio. Esto se podría resolver, además de atacándola desde el punto de vista de la seguridad pública, como consumidores, responsabilizándonos de nuestros hábitos de consumo y no adquiriendo este tipo de animales", expresó Diego Cobo Terrrazas, presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados.
Sin embargo, el fenómeno no afecta en exclusivo a los dueños de razas finas. En colonias de clase media alta en las principales plazas del país se ha hecho cada vez más frecuente el secuestro de mascotas a cambio de un rescate.
"Aunque el perro no sea de raza o no sea un perro de concurso, ya el valor estimativo que tiene la persona le hace dar fuertes sumas de dinero por los perros", manifestó Oswaldo Alfaro.
Para las víctimas, la principal preocupación es que los secuestradores o ladrones den a las mascotas la atención necesaria.
"No sé si están comiendo lo que aquí les damos de comer, no sé si los están tratando bien, hay dos perras que van gestantes. Las personas que las tienen, por favor tengan cuidado con esas perras que van gestantes", agregó Ignacio Villanueva.
Para contrarrestar esta nueva modalidad de delincuencia, la Federación Canófila recomienda registrar los perros de raza pura ante esa instancia, donde les colocan un chip de identificación.
Los expertos sugieren, además de los cuidados habituales, no perder de vista que el valor principal de un perro es su derecho a una vida digna, aunque provenga de un albergue o la calle.
"Un consumidor responsable debería optar mejor por adoptar un animal de estos, darle calor, cariño, un hogar, en lugar de andar incentivando un mercado de mascotas que causa estos fenómenos criminales y además les causa daño a los propios animales", concluyó Cobo Terrrazas
Fuente: once noticias
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