De una nota del diario La República - Corrientes - Argentina
Una investigación de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNNE puso de relieve la contaminación en las aceras de la ciudad por materia fecal de perros, con un elevado índice de presencia de parásitos transmisibles al hombre, lo cual podría generar enfermedades graves.
Las investigadoras Elena Oscherov y Alicia Milano aseguran que es imprescindible “la tenencia responsable de mascotas para mantener la salud ambiental urbana”.
Hay muchas clases de parasitosis del perro, algunas de gran relevancia, que si bien éstas no son infecciones que causan la muerte, tienen una alta morbilidad dado que interactúan con otros factores, ubicándolas entre las enfermedades de mayor importancia zoonótica.
La contaminación de las heces con Ancylostoma sp. en las aceras fue muy alta, semejante a la citada para los paseos públicos de la ciudad de Corrientes, aunque inferior a la constatada en los balnearios de la ciudad.
Algunos huevos (los Diphyllobothriidae) se hallaron en mayor proporción (12,5%) en las muestras de la zona más alejada del casco céntrico y otros (Ancylostoma sp. y T. canis) se verificaron en todas las zonas.
La mayor proporción de muestras positivas se encontró en la zona 9, compuesta por los barrios Hipódromo y San Gerónimo, mientras que la menor proporción se halló en la zona 1 que fue la céntrica.
Pero en el casco histórico de la ciudad se constató una frecuencia muy alta de un parásito de nombre T. canis (26,3%) que están en las heces contaminadas, mientras que en el resto de la ciudad, esta especie se encontró representada entre el 6 y 20,0%.
En la zona céntrica se encontró el valor más alto de algunos parásitos y numerosas heces en las veredas.
La situación es un indicador indirecto de que los perros que habitan en los departamentos (en el centro se encuentra la mayor densidad de propiedades horizontales) son llevados a defecar a las aceras y que no están desparasitados.
Asimismo, los valores encontrados se aproximan a la prevalencia de infección en cachorros menores a seis meses, la cual es cercana al 28 %.
Por lo tanto, podría suponerse que los cachorros serían la principal fuente de contaminación de las aceras en esta zona.
Las áreas en las que se registró la presencia de huevos de una especie de la familia Diphyllobothriidae, están ubicadas en las cercanías de cuerpos de agua, tales como desagües pluviales abiertos, arroyos y el río Paraná, lo que sugiere que el ciclo de transmisión de este parásito estaría en relación con el agua.
Si bien sólo el 5,5% de las muestras positivas presentó Giardia sp., no se debe minimizar su potencial zoonótico ya que en diversos trabajos se señala la posibilidad de transmisión entre especies de mamíferos, incluyendo al hombre.
La acera es un ambiente poco propicio para el desarrollo de los parásitos intestinales, por lo tanto la potencialidad de transmisión de 'Ancylostomídeos' se vería reducida.
Sin embargo, los huevos de las otras especies de helmintos y los quistes de protozoos conservarían su potencial infectividad.
“Los resultados de esta investigación reafirman la gravedad de la situación descripta en estudios previos y reflejan la necesidad de implementar medidas sanitarias más fuertes y controles más estrictos”, indicaron.
Agregaron que si se tiene en cuenta que muchas de las heces analizadas podrían ser de perros con dueño, el aspecto a reforzar sería la educación sanitaria, promoviendo la tenencia responsable de mascotas, la administración periódica de antiparasitarios y la recolección de materia fecal de la vía pública.
Por último, indicaron que la tenencia responsable de mascotas es imprescindible para mantener la salud ambiental urbana.
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